
Volvemos a la carga en nuestro blog con uno de los temas estrella del curso pasado: las FUNCIONES EJECUTIVAS. Con la entrada de hoy cerramos (por el momento) el capítulo de publicaciones referidas a este tema, y después de las anteriores entradas en las que nos centramos en profundizar en cada una de las funciones ejecutivas, nos proponemos hoy abordarlas desde una perspectiva más práctica y cotidiana, centrándonos en la importancia que tienen en el día a día y cómo desarrollarlas en el ámbito del hogar y la familia.
Antes de sumergirnos de lleno en estos aspectos, haremos un pequeño recordatorio sobre las Funciones Ejecutivas. El término «Funciones Ejecutivas« proviene de la neuropsicología y hace referencia a un conjunto de habilidades cognitivas que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, el diseño de planes y programas, el inicio de las actividades y de las operaciones mentales, la autorregulación y la monitorización de las tareas, la selección precisa de los comportamientos y las conductas, la flexibilidad en el trabajo cognoscitivo y su organización en el tiempo y en el espacio. Las clasificaciones actuales recogen estas 6 funciones: Atención, Memoria de trabajo u operativa, Planificación, Control inhibitorio, Flexibilidad cognitiva y Fluidez verbal. Si queréis profundizar más en cada una de ellas, os invitamos a leer las anteriores entradas de nuestro blog.
Con esta definición, es fácil imaginar la gran influencia que tienen las funciones ejecutivas en las actividades de nuestro día a día, especialmente las que sean más complejas y se compongan de más pasos. Íntimamente relacionada con las funciones ejecutivas, encontramos otra clasificación de habilidades mentales, conocidas como «Habilidades No Cognitivas», que se definen como aquellas fundamentales para alcanzar el bienestar en la vida. Son un conjunto de destrezas presentes en las personas en mayor o menor grado e independientes de la capacidad intelectual del individuo referidas a atributos, disposiciones, habilidades sociales, actitudes, capacidades y recursos personales. Entre ellas destacan «5 grandes» big five: autocontrol, perseverancia, ética en el trabajo y empatía.
Tanto las funciones ejecutivas como las habilidades no cognitivas determinan en gran medida cómo nos desenvolvemos, no solo en el ámbito educativo, sino también en la vida cotidiana, por lo que conocer más sobre ellas nos puede llevar a entender, entre otras cosas, ciertos comportamientos, así como las implicaciones que tienen tareas diarias, y cómo entrenarlas.
Precisamente el entrenamiento sobre estas funciones es uno de los aspectos más importantes sobre los que queremos incidir. Antes de nada hay que que recordar, especialmente cuando nos referimos a los niños, que las funciones ejecutivas atienden en parte, como otros muchos aspectos del desarrollo, a cuestiones madurativas; el desarrollo de estas funciones se extiende a lo largo de toda la infancia y la adolescencia, y además no se produce de manera uniforme para todas las funciones. Tener esto en cuanta y conocer el desarrollo evolutivo de las funciones ejecutivas nos ayuda a saber qué podemos esperar de las habilidades que tendrán los niños a cada edad, ajustar las demandas al momento en que se encuentren y poder identificar tempranamente las posibles dificultades que aparezcan. Por ejemplo, en nuestra entrada sobre la Atención, podéis encontrar una tabla que que muestra los tiempos aproximados de atención sostenida que son esperables para cada edad.
El entrenamiento de las funciones ejecutivas y las habilidades no cognitivas en el ámbito del hogar se realiza a menudo sin ser muy conscientes de ellos, cuando acompañamos a los niños en el aprendizaje de las tareas de la casa, del día a día, cuando vamos verbalizando lo que han de hacer para ayudarlos paso a paso, cuando ponemos unos límites claros y coherentes, etc. Sin embargo, para que sea más fácil identificar cuáles de nuestras actuaciones como adultos tienen más incidencia, vamos a realizar a continuación un breve repaso por las principales funciones ejecutivas y las orientaciones que podemos seguir para entrenarlas. Como iremos viendo, muchas de estas orientaciones mejoran el desarrollo de varias funciones ejecutivas de una vez, y es que en nuestro día a día, es así como generalmente funcionan estas habilidades, apoyándose (o interfiriéndose) unas a otras, en tareas que requieren ponerlas en marcha de una forma más global. Precisamente por ello, queremos comenzar estas indicaciones con un decálogo elaborado en nuestro equipo que nos sirve como guía general.

- PLANIFICACIÓN
Algunas de las principales claves para fomentar la PLANIFICACIÓN, una de las funciones ejecutivas más complejas, es establecer horarios y rutinas claras en el día a día (la hora del baño, de jugar, de dormir). Es importante hacer conscientes a los niños de esta organización familiar, así como de la secuenciación que seguirán las distintas rutinas.
Para ayudar a desarrollar la planificación es muy importante el orden y la tarea de ordenar. Verbalizar desde que son pequeños aquello que vamos ordenando y cómo lo vamos haciendo (por ejemplo, “vamos a ordenar la habitación, ponemos los calcetines en el cajón, para que no se pierdan, el pijama debajo de la almohada, para ponérnoslo cuando vayamos a dormir”) puede ser de gran ayuda. Además, es importante secuenciar en pequeños pasos las tareas más complejas, especialmente cuanto más pequeños sean los niños, y acompañar cada paso de las instrucciones que nos damos a nosotros mismos para guiar la acción (autoinstrucciones). Por ejemplo, a la hora de poner la mesa, podemos ir enumerando los distintos pasos mientras los realizamos:
” Primero, pongo el mantel.Después, cuento cuántos somos, 4.Ahora cojo 4 cubiertos y los pongo en la mesa.Después, cojo 4 servilletas y las llevo a la mesa.Ahora los vasos, 4 vasos que pongo en la mesa.Por último, pongo el agua y el pan.”
Conforme van creciendo y se van desarrollando sus capacidades, podemos ayudarles a participar en la planificación de tareas más complejas, como planificar en grupo tareas compartidas, ayudando a especificar de qué se encarga cada uno. Son muchas las situaciones del día a día en las que es necesaria la planificación, y también podemos aprovechar momentos más excepciones donde se hace aún más necesario, como por ejemplo, al preparar las tareas que tengo que entregar en una fecha límite, organizar un viaje o una excursión.
- CONTROL INHIBITORIO
El control inhibitorio es una de las funciones que más claramente observamos evolucionar con la edad, especialmente en tareas en las que se pone en juego la impulsividad y la paciencia, y la regulación emocional. Es fácil ver a niños pequeños con rabietas intensas que no pueden controlar (inhibir), y en cambio esto ocurre cada vez con menos frecuencia conforme van creciendo.
Uno de los principales experimentos que evalúan la capacidad de control inhibitorio de los niños es la famosa Prueba del Malvavisco de la Universidad de StanFord, en la que se pide a los niños que aguanten sin comerse una golosina que se les pone delante. Podéis ver esta prueba, que se ha replicado en múltiples ocasiones, en el siguiente vídeo.
Uno de los principales objetivos en el desarrollo del Control Inhibitorio es entrenar a los niños en la detención y/o la demora de la respuesta, lo que implica ser capaz de reflexionar con antelación. Esta función ejecutiva se encuentra afectada en niños impulsivos e inquietos, pero también en niños con dificultades de lenguaje, ya que el lenguaje es una poderosa herramienta para la regulación de la conducta.
Para entrenar a los niños en esta función, se utiliza a menudo, especialmente en niños pequeños, la técnica de la tortuga, que podéis ver en la siguiente imagen.
Otras estrategias que podemos utilizar para desarrollar el Control Inhibitorio es la práctica de la relajación en casa, a través de ejercicios específicamente dedicados a ellos (se puede fabricar, por ejemplo, un frasco de la calma), jugando con la luz, utilizando música que ayude a calmarse, e incluso se pueden utilizar técnicas de yoga para niños, a través, por ejemplo, de las posiciones de animales. Además, desde pequeños se pueden ir enseñando técnicas de relajación y de respiración controlada (inhalar durante 4 segundos, sostener durante 4 segundos, exhalar durante 4 segundos, y repetir el ciclo).
Es importante enseñar el valor de tener tiempos y espacios de calma, de silencio, incluso en contextos de juego y trabajo, lo que favorecerá la concentración. Tener rincones reservados para estar tranquilos, incluso para que los niños puedan estar apartados cuando les apetezca o lo necesiten.

- MEMORIA DE TRABAJO
La memoria de trabajo nos permite tener activa una cierta información sin perderla mientras operamos con ella, por ejemplo, para guiar nuestra conducta durante el transcurso de nuestras acciones. Esta parte de la memoria de trabajo está íntimamente relacionada con el lenguaje, más concretamente con la “voz interna”, y por ello se conoce como Memoria de Trabajo Verbal. Entrenarla supone fortalecer la capacidad para reflexionar, autodirigrise en las acciones, hacerse preguntas y resolver problemas. Para ayudar a los niños a desarrollar su voz interna podemos seguir las siguientes pautas:- No saturarlos de información.
- Darles tiempo para pensar.
- Valorar sus reflexiones.
- Ser capaces de considerar y “ceder” ante sus propuestas.
- Acompañar “su voz interior” de “la nuestra exterior”, como guía y modelo.
En cuanto a la Memoria de Trabajo No Verbal, que se relaciona más con aspectos temporales, espaciales y con información de tipo más abstracta, es importante trabajar la gestión del tiempo desde que son pequeños, ir dándoles autonomía progresivamente y apoyándoles con herramientas de gestión del tiempo (calendarios, horarios, temporizadores analógicos o digitales).
Para desarrollar los aspectos espaciales de la Memoria de Trabajo No Verbal hay que potenciar el movimiento de los niños, que resulta imprescindible para aprender, dejarles explorar, proponerles retos adaptados a su nivel evolutivas, que potencien tanto la motricidad gruesa como la motricidad fina. Aspectos tan sencillos como realizar manualidades en casa, permitirle que colaboren en tareas del día a día (cocinar, limpiar, doblar la ropa, …), realizar pequeñas rutas con ellos o trabajar la orientación en trayectos cotidianas, son fundamentales para desarrollar esta función ejecutiva.
- FLEXIBILIDAD
La Flexibilidad, que permite que el pensamiento cambie, explore diversas opciones, sea divergente, puede potenciarse en la vida cotidiana de distintas maneras. La tolerancia a la frustración, especialmente ante los cambios de planes, es un importante aspecto del desarrollo de la Flexibilidad cognitiva; acompañar a los niños emocionalmente para que vayan aceptando los cambios de planes, o para que nos ayuden a elaborar soluciones a situaciones, problemas o cambios inesperados (por ejemplo, cómo ir a casa de los abuelos si se nos rompe el coche, qué comida hacer con determinados ingredientes) puede resultar de gran ayuda.
Se pueden preparar otro tipo de actividades y juegos para desarrollar la Flexibilidad, como trabajar las relaciones de similitud entre objetos y situaciones, relacionar objetos diversos pensando en qué se parecen o si podrían usarse para lo mismo, y también lo opuesto, por ejemplo, imaginando usos diferentes para objetos cotidianos. Exponiendo a los niños a situaciones, bien de juego bien de la vida diaria, donde tengan que elegir entre diferentes opciones, e incluso sugerirlas ellos mismos, es un buen ejercicio para ser cada vez más flexibles. - FLUIDEZ
La Fluidez es otra de las funciones ejecutivas que podemos potenciar fácilmente en el ámbito del hogar. Si nos fijamos en la Fluidez Verbal, es fundamental atender al lenguaje y al vocabulario, hablar con los niños, utilizar el vocabulario apropiado y específico de cada ámbito, explicarles los conceptos que no conozcan, nombrar desde que son pequeños las cosas que vamos viendo o que vamos haciendo, pero además darles la oportunidad de expresarse, sin miedo al error, de contar e inventar historias, de aprender poemas, refranes y canciones, son algunas de las principales claves para desarrollar la Fluidez Verbal. Además, podemos potenciar la fluidez en general con juegos, dibujos, que permitan a los niños producir distintas ideas. - ATENCIÓN
Cerramos el repaso de las funciones ejecutivas hablando de la atención, y para ello es necesario recordar, como hicimos en la entrada dedicada a ella, que la atención se refiere a diferentes capacidades, según en el tipo de atención al que nos refiramos (atención sostenida, dividida, alternante). Para reforzar la capacidad atencional es necesario fomentar la concentración, y aprovechar los momentos de calma de los que hablábamos anteriormente para potenciarla, enseñar a los niños a fijarse en diferentes aspectos de las situaciones y los objetos, analizando y parándonos en los detalles.
Teniendo en cuenta todos los aspectos de la vida diaria en los que influyen las funciones ejecutivas, es fácil imaginar que los niños que tienen dificultades tanto en las funciones ejecutivas como en las habilidades no cognitivas, tienen que lidiar con muchos problemas no solo en el ámbito escolar, sino en las actividades cotidianas. Para poder hacernos una mejor idea de lo que podría suponer, os dejamos la siguiente imagen.

Antes de acabar esta entrada, queremos destacar dos recursos que son valiosísimos para desarrollar las funciones ejecutivas en el día a día, y poder hacerlo de una forma motivadora para los niños y para toda la familia. Nos referimos a los cuentos y a los juegos de mesa.
El potencial de los cuentos va mucho más allá del desarrollo del lenguaje, la imaginación y la creatividad, sino que contribuyen de manera importante a acercar a los niños a distintas situaciones relacionadas con las funciones ejecutivas, y ponen en juego directamente muchas de ellas, como por ejemplo, la Flexibilidad ante los giros de las historias, el Control Inhibitorio, cuando trabajamos la escucha, la calma y la paciencia al leerles un cuento, la Atención sostenida mientras se desarrolla la historia, la Fluidez a través del desarrollo del lenguaje y el vocabulario de los cuentos, etc.
En cuanto a los juegos, de todo tipo, pero especialmente los juegos de mesa, que implican unas reglas y metas determinadas, son múltiples los ejemplos que podemos encontrar que potencian las funciones ejecutivas en general, o algunas de ellas en particular dependiendo de la naturaleza del juego. Podemos citar algunos ejemplos como los juegos tipo “go no go”, como Simon, para la Inhibición, los Story Cubes, Arriba el lápiz o Palabrea, para la fluidez, Dixit, para la fluidez y la flexibidad, Cifras y Letras, para la flexibilidad y la memoria de trabajo, o Dobble para la atención.
Esperamos os resulte de interés este pequeño repaso por la importancia de las Funciones Ejecutivas en la vida diaria y la forma de potenciar su desarrollo desde casa.